Raimundo Kolbe, que luego como religioso se hará llamar Maximiliano “María” Kolbe, nace el 8 de enero de 1894 en Zdusna Wola, Polonia, que en ese entonces era el Zarato de Polonia sometido bajo el Imperio Ruso. Hijo de Julio y María Dabrowska, tuvo cuatro hermanos: Francis, Joseph, Walenty (vivió 1 año) y Andrew (vivió hasta los 4 años).
En su adolescencia se siente fascinado por los ideales de San Franciso de Asís y entra en el seminario menor de Léopolis de los frailes Franciscanos Menores Conventuales.
En octubre de 1917, un joven Maximiliano de 23 años, funda la Milicia de la Inmaculada en Roma, mientras termina sus estudios eclesiásticos.
En el año 1918 es ordenado sacerdote y en el 1919 regresa a Polonia, para dar comienzo, en Cracovia a la labor de organizar y animar la Milicia de la Inmaculada
Crea la revista “El Caballero de la Inmaculada” en 1922 con tan sólo 5.000 ejemplares de tiraje inicial; en 1938 llegará a un 1.000.000.
En Octubre de 1927, inicia la construcción del convento-editorial: Niepokalanów, en castellano “Ciudad de la Inmaculada”, en los terrenos cedidos a 40 km de Varsovia por el príncipe Juan Drucko- Lubecki.
El 1 de septiembre de 1939 estalla la 2ª guerra mundial. Niepokalanów es utilizada como albergue y hospital para miles de prófugos.
El 17 de febrero de 1941, Maximiliano Kolbe es arrestado por la Gestapo y encerrado en la cárcel de Pawiak, en Varsovia.
El 28 de mayo es deportado hacia el campo de exterminio de Auschwitz.
A finales de julio de 1941 se escapa un prisionero del campo de concentración. Como represalia, el comandante Fritsch elige al azar a 10 compañeros del mismo bloque del prófugo, condenándolos a morir de hambre y sed en el sótano de la muerte. Entre los diez se encontraba un judío, sargento del ejército polaco, llamado Francieszek Gajowiniczek, que al ser seleccionado exclamó: ¡Ay de mis hijos!
El padre KoIbe al oír esto, se ofreció a morir en su lugar dirigiéndose al oficial nazi: “Soy un sacerdote católico y me ofrezco a cambiarme por él”.
El padre Maximiliano Kolbe desciende con los otros nueve prisioneros al sótano de la muerte, donde en el transcurso de 2 semanas, sin comer ni beber, mueren uno tras otro todos los prisioneros consolados, asistidos y bendecidos por un hombre que no estaba condenado a morir, pero que entrega su vida para salvar por lo menos a uno.
El 19 de agosto de 1941, junto a los 4 últimos prisioneros que quedaban con vida, recibe una inyección mortal de ácido fénico en el brazo izquierdo.
Al dia siguiente, 20 de agosto, día de la Asunción, su cuerpo fue quemado en el horno crematorio y sus cenizas esparcidas al viento.
El 10 de octubre de 1982 en la plaza de San Pedro, ante 200.000 personas, Juan Pablo II declara “Santo y Mártir” al padre Kolbe, mártir de la caridad y afirmando que ”San Maximiliano no murió, sino que dio la vida”.
Juan Pablo II lo declaró
"patrono de nuestro difícil siglo XX".